De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
Para poder fabricar nuestra propia ecoesfera, es necesario en primer lugar, saber lo que es una ecoesfera. El que ya sepa lo que es, porque ha deseado desde siempre tener una, este es su sitio, pero puede saltarse la introducción.
Una ecoesfera, básicamente, es un pisapapeles muy caro lleno de algas (o flora) y gambas (o fauna ). Las algas producen oxígenos para que las gambas puedan respirar, y las gambas se alimentan chupándose las cabezas unas a otras. De esta forma, podemos tener durante años, este pisapapeles sin necesidad de darle de comer a las gambas o de regar las algas.
Sabiendo ya que es lo que queremos construir, procedemos a explicar el procedimiento.
En primer lugar necesitamos el recipiente. Aunque se llame ecoesfera, no es fundamental que el recipiente sea esférico. De hecho, lo propios fabricantes hacen ecoesferas con forma de huevos. Lo que si es fundamental es la primera condición: que el recipiente produzca eco. Para esto solo es necesario que esté vació.
En segundo lugar debemos tener en cuenta que cuanto más grande es una ecoesfera, mayor es su precio. Como la vamos a fabricar nosotros mismos, cuanto más grande sea el recipiente, mucho mejor.
Teniendo en cuenta los dos puntos comentados anteriormente, no es difícil llegar a la conclusión sobre cual será nuestro recipiente. Exacto, una botella de hagua de cinco litros.
Ahora necesitamos decidir que tipo de flora que usaremos para nuestra construcción. Esta necesitará cumplir las siguientes condiciones:
Además de estas condiciones fundamentales, hay que tener también en cuenta que estos deben poder conseguirse fácilmente. Si estamos en Toledo tendremos muy jodido ir corriendo al mar a buscar una algas.
Lo más fácil de conseguir es la lechuga. La lechuga es verde, alargada y está viva. Podéis hacer la prueba dándole un bocado. Si no grita mejor que la devolváis al supermercado. El perejil cumple las mismas condiciones y además es gratis, y además tendremos flora variada. Pero esto es opcional.
En su versión original, la ecoesfera contenía camarones. Pero usando camarones se nos presentan los siguiente problemas:
Por estos tres motivos, hemos decidido usar langostinos. Para evitar que se pudran rápidamente, podemos comprar los langostinos ya cocidos. Realmente necesitaremos de 4 a 5 langostinos. Y para evitar que nos miren raro, podemos coger medio Kg y simular más tarde que navidad, comiendo langostinos cocidos en pleno verano.
Como toda botella de hagua de vecino, la nuestra también tendrá una etiqueta. Debemos empezar despegándola en la medida de lo posible para no hacer publicidad gratuita de la marca al exhibir nuestra ecoesfera. Además quedará mucho más profesional.
Es posible que nuestro primer impulso sea hacer agujeros en la tapa para que puedan respirar los langostinos, pero una vez más recordamos que la ecoesfera se supone que se automantiene sin ningún tipo de estímulo externo. Si la tapa ya tiene agujeros, podéis ir buscando otra. Más que nada por si en un momento dado deseamos hacer malabarismo con la ecoesfera, porque es muy posible que los langostinos ya no respiren muy bien a estas alturas.
Ahora tenemos un recipiente para la ecoesfera perfectamente preparado, si nos olvidamos del agua que contiene. Si no la has tirado ya, ahora es un buen momento para hacerlo. Pero recuerda la sequía e intenta no tirarla en cualquier sitio. Un buen sitio para echarla es la olla en la que después prepararemos nuestro plato alimenticio diario. Un mal sitio para echarla es la ranura del aparato de DVD.
Coge los langostinos de uno en uno y átales un hilo al rededor del cuello. Debemos dejar distintos largos de hilos para que parezca que cada langostino nada a una altura diferente. Después pegaremos estos hilos al fondo con celo. Esta es una tarea realmente complicada por el tema de meter el brazo por el pequeño agujero del recipiente y poder pegarlo al fondo. Aquí que cada uno se las apañe como pueda.
Ya podemos comenzar a surtir nuestra ecoesfera de flora. Tras mucho mucho mucho pensar, hemos llegado a la conclusión de que la flora, si no se sujeta de alguna forma al fondo del recipiente, terminará subiendo a la superficie cuando la llenemos de hagua. Proponemos unas cuantas soluciones para solventar este problema:
Por fin llegamos al final. Ya sólo es necesario llenar el recipiente de hagua. Si has seguido bien las instrucciones, los langostinos deberían estar flotando en el hagua, de la misma forma que la flora debería no estar flotando en el hagua, sino perfectamente estirada desde la parte inferior a donde llegue su altura.
Por último ponle el tapón, si es que no lo han perdido, y busca un bonito lugar para colocar tu nueva ecoesfera.
Ahora tienes un trasto enorme en tu casa, que no sabrás donde poner y del que te cansarás antes de que se pudran los langostinos.
La parte buena es que no te has gastado los euros para descubrirlo.
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